Hace unos días recibimos por correo electrónico con un mensaje que en el asunto ponía:«Lighting the Heroes» era una propuesta de Rafael Salvador creador de TUNDS una micro-editora encargada de la reedición de la lámpara DISA y la edición de un diseño inédito de Coderch llamado lámpara Cister.
Rafael sabe bien lo que hace ya que José Antonio Coderch el que fue uno de los arquitectos más carismáticos de su generación es tu tío abuelo. Otro día os cuento la historia de cómo nació TUNDS seguro que os va a encantar.
«Lighting the Heroes»
Hoy os quiero hablar de la Campaña «Lighting the Heroes» donde vamos a intentar aportar nuestro pequeño granito de arena en la en la lucha contra el COVD19
La idea surge una iniciativa de “iluminar” al Personal Sanitario, dicho así suena un poco raro pero se va a donar el 7% de todas las ventas que se realicen en esta campaña para la compra de material médico y sanitario (mascarillas, impresión 3D, adaptación de respiradores…) Como hace un momento decía Rafael en su cuenta de TUNDS en Instagram «Ayudar a ayudar»
Acciones de la campaña
TUNDS cederá el 7% de la facturación de la Campaña Lighting the Heroes.
TUNDS ofrece un 20% de descuento al cliente final en todos sus modelos. En este enlace podéis ver todos los modelos.
La campaña empieza el Martes, 14.04.2020 y durará hasta que termine el estado de alarma oficialmente decretado, ya os iremos informando.
También colaboran y participan otras empresas. Entre todos estamos seguros que la Campaña «Lighti ng the Heroes» va a ser todo un éxito: CUBINYA, CARLA KEY, CLASSICO45 Interiorismo, MINIM, AVANLUCE, SBD Il.luminació, PUNTOLUZ, TRAGALUZ MOBILIARIO, TALKING DESIGN STUDIO.
Nuestro objetivo con esta campaña.
La idea es iluminar estos días nuestras redes sociales con la Campaña Lighting the Heroes.
En el hashtag #lightingtheheroes podrás seguir muy de cerca toda la campaña.
Os dejo un poco de historia de una de las lámparas más bonitas del diseño español, tan bonita que Pablo Picasso fue su primer fan.
La lámpara diseñada por José A. Coderch nace como una respuesta a la voluntad de proveer a la arquitectura moderna en general, de mediados de los años cincuenta, así como a la del propio José Antonio Coderch, de modelos adecuados a los nuevos presupuestos arquitectónicos.
La simplicidad y la calidad de las formas, así como la ventaja de ser desmontable y proporcionar la calidez ambiental deseada, hacen muy pronto de ella uno de los objetos más difundidos tanto en España como en los mercados internacionales. Por tanto, no se trata sólo de uno de esos objetos de diseño que, de manera habitual, encontramos en la mayoría de los edificios o de las remodelaciones efectuadas por el propio arquitecto, sino que, desde el inicio de su producción, también otros arquitectos contemporáneos la adoptaron en sus obras.
La primera presentación pública de esta lámpara se hizo en Zúrich en marzo de 1958, en la exposición sobre diseño organizada por el arquitecto y escultor Max Bill, sin que la lámpara todavía se produjese en serie.
En 1962, el propio Picasso la consideró como una de las «lámparas más bellas del mundo», trazando una silueta de la misma en una postal dirigida a su autor.
Por otro lado -y ésta es una de sus cualidades primordiales-, hay que destacar que Coderch consiguió crear una lámpara que difunde, sin deslumbrar, la luz eléctrica como «el resplandor del fuego en una chimenea» -como él mismo afirmaba a menudo-, lo que sitúa a este objeto en la mejor tradición del diseño organicista de los años cincuenta.
Si la conocida lámpara PH 5 (1957) de Poul Henningsen o la de Alvar Aalto (1951), exhibida en el Museo de Arte de Filadelfia, son ejemplos de buen diseño industrial, el trabajo de Coderch se sitúa en la misma línea y es, además, expresión de aquel diseño que logra alcanzar una dimensión social. Su amplia recepción y difusión así lo confirman.
Fuente: Museo del Diseño de Barccelona
“El problema esencial para nosotros era el proyecto de una lámpara de luz ambiente. Una vez realizada se vió que la luz que producía daba intimidad y se parecía a la del fuego de una chimenea.” J.A. Coderch de Sentmenat